Voz de Ángel

Donde estas que me siento muy solo, solo como si fuera el olmo de los campos, tratando de buscar la felicidad, felicidad que es muy pasajera. Ahora si estoy muriendo lentamente con dolor, dolor que siento a cada despertar de mis mañanas, mañanas que nunca cambian y son las mismas de siempre.

Solo me queda recordar esta palabra misericordia de mí, mi voluntad es tratar de pensar que mi vida es muy corta, corta como un suspiro. Para mi solo me basta y me sobra la esperanza de volver a este mundo, mundo donde solo crece seres ciegos a sus intereses que conlleva a la soledad de siempre.

Todo este tiempo de que he puesto los pies sobre la tierra, por mandato solo ha sido pura necesidad, necesidad que te ata de cabeza y de pies por carencia de afecto, afecto de ser parte de historias tan amargas y duras, duras como diamante en bruto que no quiere ser pulido para brillar en el caminar.

¿Es qué no te intereso? Pues solo quiero ser visto en cada primavera, todos veranos y hasta en los invernaderos, me siento abandonado, abandonado como si fuera una imaginación o fantasía de tu mismo cerebro. Nadie me escucha ni en las mañanas y en las noches, noches que solo son parte del reposo del cuerpo.

Desde que te me haz abandonado, siempre estado pensando en ti, solo en ti y me pregunto ¿qué será de ti?, ¿Adónde iras con tus ilusiones?. Ahora que hago para traer tu atención mucho hago por ti cuando ya me haya ido de este mudo para siempre y como terminaras con tu corta vida.

Autor: Bayron Ray